En esta mañana de agosto del 2025 me acompaña a tomar mi café uno de los caudillos de la revolución mexicana más controvertidos de la historia de nuestro país. Su nombre era José Venustiano Carranza de la Garza y nació un 29 de diciembre de 1859 en Cuatro Ciénegas, Coahuila. Su padre, de ascendencia vasca, fue Jesús Carranza, militar y político quien fuera amigo personal de Benito Juárez, proporcionándole en su momento, caballos, víveres, dinero y hombres armados en su paso por Coahuila durante la intervención francesa (1862-1867) cuando el entonces presidente de México tuvo que implementar un gobierno itinerante. Aquí surge una anécdota digna de contar ya que Benito Juárez en ese momento no tenía recursos económicospara solventar todos estos servicios, pero firmó una especie de pagaré a su amigo con la intención de recompensarlo con una cantidad considerable de dinero cuando la Republica se pudiera restaurar. Cuando Juárez ganó, en 1867 y regresó a la Ciudad de México, Jesús Carranza fue a cobrar, pero el gobierno todavía no tenía liquidez suficiente, entonces le pagaron con unas tierras ubicadas en el sur de Veracruz, lo que en la actualidad se conoce como el municipio de Jesús Carranza. Sin embargo, en ese momento esas tierras eran inhóspitas y no generaron una riqueza inmediata, pero sí quesirvieron como un claro mensaje de la alianza y cercanía entre la familia Carranza y el Benemérito de las Américas, lo cual tendría mucho peso en la carrera político-militar de Venustiano Carranza y le abriría muchas puertas en sus inicios. Venustiano, como su padre, se involucró desde muy joven en la política, fue presidente municipal de Cuatro Ciénegas de 1894 a 1898. Además, fue diputado local al Congreso de Coahuila y diputado y senador al Congreso de la Unión y en 1908, ocupó la gobernatura de Coahuila de manera interina. De esta manera se fue involucrando con Porfirio Díaz y los acontecimientos de la vida pública del país. En 1911, se unió a Francisco I. Madero, una vez que Porfirio Díaz ya había renunciado a la presidencia y Madero lo nombró gobernador de Coahuila. Carranza lo respaldó militarmente en contra de algunas rebeliones y en 1913, cuando Madero fue asesinado durante el golpe de estado comandado por el general Victoriano Huerta, sangriento episodio conocido también como la Decena Trágica y dicho general se asumió como presidente de la República Mexicana, Carranza junto con otros caudillos, desconocieroneste gobierno ilegítimo. Es entonces cuando Venustiano Carranza se convirtió en el principal líder contra Huerta lanzando el Plan de Guadalupe, iniciando así la lucha constitucionalista que lo llevaría al poder, siendo el único caudillo representante de los constitucionalistas de nuestra historia. Su plan de Guadalupe tuvo como objetivo desconocer al usurpador y restaurar la Constitución, lo que tuvo el efecto de unir a los caudillos del todo el país, que por diversas que fueran sus causas, se unieron sólidamente con Carranza y juntos se dieron a la tarea de derrocar a Victoriano Huerta, adicionalmente la población civil también estaba de acuerdo con esta iniciativa, ejerciendo más presiónen contra de Huerta. Estrategias militares conjuntas del General Francisco Villa, el General Pablo González Garza y el general Álvaro Obregón lograron derrotar en diversas batallas al ejército federal minando su moral y su capacidad para hacer frente al peso de todos estos personajes unidos, adicionalmente el gobierno de Estados Unidos retiró su apoyo a Huerta y reconoció como líder legítimo a Carranza. La suerte estaba echada en contra de Victoriano Huerta quien, en julio de 1914 renunció a su cargo y huyó del país, y las fichas del tablero del gobierno mexicano nuevamente se movieron, ahora posicionando a Venustiano Carranza como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y Jefe del Poder Ejecutivo, haciendo su entrada triunfal como tal a la Ciudad de México en agosto de 1914.
Ahora bien, ya que nos detenemos en este punto álgido de la historia de México y de la propia vida de Venustiano Carranza, ¿cómo era su manera de ser? Es importante conocer su personalidad porque sus decisiones aún nos afectan positiva y negativamente hasta la actualidad. Nuestro destino estuvo en sus manos y decidió el presente y el futuro de su país sin lugar a dudas. Se le describe como un hombre reflexivo, que sabía mantener el rumbo aún bajo presión, no se dejaba intimidar ni por los caudillos más aguerridos como Francisco Villa, Emiliano Zapata, Pablo González o Álvaro Obregón, de quienes estamos seguros que tenían personalidades muy fuertes y de alto mando, aunque no era como ellos, no era un líder popular ya que no intentabaconectar con las personas, ni siquiera con las más cercanas, pues aunque valoraba la lealtad, sí consideraba que estaba en peligro o podría ser víctima de una traición, no tenía miramientos para terminar relaciones. Se auto valoraba en gran medida y no se consideraba un caudillo popular, más bien se presentaba como Primer Jefe y apreciaba la organización. No era dado a lujos ni espectáculos, prefería la sobriedad como reflejo de autoridad moral. Era alto y corpulento, de mirada seria, su barba larga, espesa y blanca fue su sello personal y su lenguaje corporal era de movimientos controlados, pocas sonrisas, un tono de voz pausado pero firme que infundía respeto. Sus debilidades eran su terquedad excesiva, lo que lo aisló políticamente hablando, su poca conexión con las masas, lo que disminuyó su popularidad y su tendencia a subestimar poder de alianzas populares. Era tan adepto al control y a la organización que no sorprende su insistencia en restaurar la Constitución Mexicana, documento a través del cual, a su parecer, México debía regirse sí quería constituirse como un país decimientos fuertes. El 5 de febrero de 1917, fecha que seguimos conmemorando en México, se promulga la Constitución Mexicana de los Estados Unidos Mexicanos en Querétaro con importantes reformas sociales, laborales y agrarias y el 1 de mayo del mismo año, Carranza asume oficialmente la Presidencia Constitucional, cargo que finaliza en 1920. Los acontecimientos se sucedían uno tras otro con una velocidad vertiginosa, es difícil imaginar sí Venustiano alcanzaba a dimensionar el peso de sus acciones en la historia del país que tenía a su cargo. Pareciera que, luego de todos los hechos anteriores, el país por fin tendría calma, pero sucedió justamente todo lo contrario. Zapata, Obregón, Villa, González y muchos más se empezaron a mostrar en desacuerdo con las decisiones tomadas por el Presidente Constitucionalista y se empezaron a rebelar. Nuevamente las piezas del tablero comenzaron a moverse y uno de los grandes errores de este período fue el de la sucesión presidencial, ya que Venustiano estaba empeñado en elegir él mismo a su sucesor, en lugar de dar el espacio a la voluntad popular. Su tiempo como presidente se estaba terminando sin que él lo supiera, en 1919 con el asesinato de Emiliano Zapata se afectó irremediablemente su credibilidad y perdió el apoyo de los campesinos, luego se da la ruptura definitiva con Alvaro Obregón y otros generales importantes, lo que provoca que se aísle políticamente hablando, para acrecentar el repudio de la mayoría anunció que su sucesor sería Ignacio Bonillas, un civil intachable al parecer, pero totalmente desconocido y sin experiencia militar. Mientras tanto se estaba llevando a cabo una alianza entre Obregón, Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta, quienes proclamaron su Plan de Agua Prieta, que desconocía a Venustiano como presidente de México. Sumido en su terquedad, creyendo que todavía podía tener el control, decidió salir de la Ciudad de México en tren rumbo a Veracruz, pretendiendo tener un gobierno itinerante como Benito Juárez, llevando consigo a miembros de su gabinete y de su escolta militar y lo más sorprendente, cargó también con una parte importante del Tesoro Nacional de México, que incluía grandes cantidades de dinero en efectivo, documentos y valores oficiales y otras reservas monetarias, pues su intención era financiar con esto la continuación del gobierno y las operaciones militares. Sin embargo, no esperaba que gran parte de los militares que prometieron acompañarlo, terminaron por abandonarlo en el trayecto y esto, aunado al control que se tenía por parte de los rebeldes quienes cortaron rutas de comunicación, impidieron que su viaje culminara tal como lo había planeado. Existe una última foto tomada al General Venustiano Carranza, cuatro días antes de su asesinato. Se ve muy delgado, sentado en el suelo, volteando a la cámara con una expresión que deja ver enojo, decepción y resignación. ¿Qué estaría pensando en ese momento? ¿Todavía tendría esperanzas de recuperar algo de lo perdido o podría adivinar su trágico final? Nunca lo sabremos, pero luego de verse perdido con su tren descarrilado, donde por la rapiña de los rebeldes y quizás de algunos propios, fue saqueado el Tesoro Nacional que iba transportando, tuvo que dirigirse, en un movimiento ya desesperado y de huida, a Tlaxcalantongo, Puebla, donde fue acribillado durante la noche del 21 de mayo, recibiendo varios disparos que terminaron con su vida. Así es como terminó la trayectoria de un hombre cuyas acciones siguen presente en nuestras vidas, ya será decisión de las y los lectores sí era el final que merecía o que se buscó. Pero hoy, después de terminar mi café me despido de esta figura emblemática de México, diciéndole que no es un adiós, ¡sino un hasta siempre! Porque el pasado se entrelaza con el presente y con el futuro manteniéndonos unidos por siempre-jamás.







