Es viernes, amigo lector, y estamos de vuelta en esta su columna, donde miramos más allá del discurso oficial y ponemos Bajo la Lupa aquello que muchos prefieren dejar pasar por alto.
Pues bien, ¿con qué salió ahora la “presidenta con ‘a’ de mujer”?, Claudia Sheinbaum. Y no me refiero solamente a cómo mencionó a la corregidora Josefa Ortiz de Domínguez en el Grito de Independencia del pasado 15 de septiembre. Todos sabemos que su nombre completo era María Josefa Crescencia Ortiz Téllez-Girón, pero históricamente se le ha reconocido como Josefa Ortiz de Domínguez, por llevar el apellido del entonces esposo Miguel Dominguez quien fue un político y abogado novohispano de la época.
La presidenta insistió en recalcar el nombre sin el “De Domínguez”, como si hubiera un error en cómo la historia y el pueblo la han recordado. Este tipo de señalamientos, más que reivindicar, terminan dividiendo opiniones, polarizando a los géneros y generando debates innecesarios. Está claro que es una jugada política con matiz feminista, que le funciona en términos de discurso, pero que no cambia la historia.
Ahora bien, vayamos a lo que considero la “cereza del pastel”. La Secretaría de Salud anunció la creación de videojuegos del bienestar, “videojuegos educativos” para que los jóvenes se alejen de los títulos violentos, fomenten hábitos saludables y supuestamente, disminuya la violencia infantil.
Aclaremos algo, la violencia infantil no es culpa de los videojuegos. Como todo, estos tienen clasificaciones claras —PEGI 18, ESRB M— que son sellos que advierten sobre violencia, lenguaje explícito o contenido sexual. Las compañías cumplen con esta responsabilidad de advertir si son juegos aptos para menores o no. ¿Entonces de quién es la culpa? ¡Muy bien, acertó! Es de los padres. La supervisión y educación comienzan en casa. Lo digo por experiencia propia, en mi infancia tuve prohibido ver caricaturas o juegos con violencia. Ni siquiera vi un capítulo de Dragon Ball cuando era niño, así que se lo digo con conocimiento del tema, el control parental sí es posible.
Pero claro, no podía faltar el verdadero trasfondo. En el Paquete Económico 2026 que se acaba de presentar ya aparece un nuevo impuesto del 8% para videojuegos violentos o para adultos. ¿Y cómo lo van a aplicar? Morena no lo sabe. No han definido quién decidirá qué es “violento” y que no lo es. Y ojo, si un adulto compra un videojuego con esa clasificación, ¿también pagará dicho impuesto? Por supuesto. La intención es simple, recaudar dinero, ya no hay dinero, se ha ido agotando, entre que se lo roban, lo regalan o lo pierden. Ah, pero no termina aquí este revuelo, recortaron un 34% el presupuesto al sistema de salud, a ese “que es mejor” que Dinamarca, donde no hay salas, no hay medicamento, donde no hay espacio para pacientes, donde los hospitales se caen en pedazos, sí a ese sistema de salud se le quito, todavía más. Repito por estas situaciones y más es que digo que tenemos un gobierno de cuarta.
¿México necesita dinero ahorita? Claro que se necesita, porque la realidad es dura, mientras siguen vendiendo estos famosos apoyos económicos del bienestar como una solución al bolsillo de los mexicanos, la deuda pública de México ya supera los 18 billones de pesos y se proyecta que para finales de 2025 ronde los 20 billones, la más grande de la historia. A este ritmo, para cuando termine el sexenio, podríamos estar hablando de 27 billones de deuda.
Todas estas iniciativas del “bienestar” como el café, el chocolate, las casas, los videojuegos, estos discursos de la “transformación”, son estrategias de un régimen 100% socialista. Cortinas de humo para tapar el barril sin fondo que está generando la 4T. Y mientras tanto, seguir estando en el poder y decir que todo está de maravilla.
Amigo lector, ya pasó un año de Sheinbaum: ¿usted cree que está haciendo las cosas bien? ¿Ve con claridad el rumbo o percibe que navegamos sin timón? Estamos a tiempo de voltear a ver otros colores, a otros perfiles, de proponer y no conformarnos. Ya sabemos que el guinda tiñe y tiñe mal. Como sociedad tenemos una responsabilidad enorme. Siempre lo he dicho: si el país no tiene líder y no tiene riendas, el pueblo puede y debe tomarlas.
Lo espero el próximo viernes, aquí en su sección Bajo la Lupa donde miramos más allá del discurso. Y no olvide seguirme en todas mis redes sociales como @soyisaacbenitez.






