Después de días de tensión, reclamos y caminatas de protesta, por fin llegó el acuerdo que muchos esperaban.
Los comerciantes y locatarios del primer cuadro de la ciudad, junto con el Consejo Municipal de Estacionómetros encabezado por Mariano Jáquez, dieron el paso firme hacia la renovación del centro de Delicias.
Un proyecto que ninguna administración quería entrarle y hoy es una realidad, con el diálogo, el cansancio de ver que las cosas no avanzaban y de la esperanza de que, unidos, se pueden lograr los cambios que la ciudad merece, por fin hubo acuerdo.
Entre los nombres que dejaron huella en este proceso destaca Mario Díaz, presidente de Cocentro, una voz valiente que representó a los ciudadanos y comerciantes, defendiendo con firmeza el corazón económico y social de la ciudad. Su papel fue clave para mantener vivo el espíritu de unión y la búsqueda del bien común.
También se sumaron diversas cámaras de comercios y empresariales, que aportaron su experiencia y su compromiso con una sola visión: construir una ciudad mejor. En medio de las diferencias y las discusiones, prevaleció el sentido de comunidad, ese que distingue a los delicienses cuando se trata de proteger lo suyo, y claro que también hubo personajes al mero estilo del cabecita de algodón que quisieron encochinar este proceso.
El agradecimiento es también para el alcalde Jesús Valenciano que jugó un papel importante al mantenerse atento, escuchar y reafirmar su compromiso con la ciudadanía. Y fue precisamente en este contexto cuando anunció algo que marcará un antes y un después:
El Centro Histórico de Delicias fue declarado Patrimonio Cultural Material del Municipio, convirtiéndose en el primero del estado en recibir esta distinción.
Este reconocimiento no solo embellece un documento oficial, sino que honra nuestra historia, nuestras raíces y la identidad de una ciudad que creció entre el sudor del campo y la voluntad de su gente.
Delicias vuelve a dar ejemplo.
Ejemplo de diálogo, de madurez y de democracia.
Ejemplo de que las diferencias no dividen cuando el objetivo es el bien común.
Y ahí está Mariano Jáquez, un hombre que ha sabido enfrentar los retos con hechos, ahora incursiona en la política, donde, como dicen, se aprende el difícil arte de “comer frío sin hacer gestos”. Pero su paso por el campo y su forma directa de actuar lo han preparado para entender que servir también es construir, escuchar y resistir. No lo pierda usted de vista.
Es claro que Delicias vive tiempos de cambio. Con un nuevo servicio de recolección de basura, nuevas formas de empleo y una ciudad que avanza sin perder su esencia, con gente trabajadora, soñadora y orgullosa de su tierra.
Como me dijo un amigo de Chihuahua, medio en broma: no mames “Vives en un rancho pavimentado”.
Y le respondí
Sí, pero ya quisieras despertar un amanecer aquí, donde todabia el aire huele a vacas, a campo, a leña, a caballo, a comida casera, a rancho, ya quisieras wey”.
Porque Delicias es eso: la tierra donde el trabajo nunca se detiene, donde la amistad aún se da de mano y mirada, donde todavía somos de palabra, y donde los vencedores siguen escribiendo su historia, no solo en el desierto, sino en la vida misma.
Somos esa tierra aquí en Delicias, la tierra de los que no se rinden.
A mi gente con cariño, a mis abuelos porque llegaron de otras tierras para darnos una mejor calidad de vida.
Sígueme en mis redes sociales,
Toñito Camargo y escucha mi podcast: “La Entrevista”, disponible en las principales plataformas.
