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domingo, octubre 19, 2025

El Fracaso el mejor amigo del éxito

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A veces pensamos que fracasar es sinónimo de perder, de no haber sido lo suficientemente buenos, talentosos o de dudar si dimos el mayor y mejor esfuerzo. Pero la verdad es que el fracaso no es un enemigo… es un maestro, yo diría un “muy buen amigo”. Uno exigente, sí, pero también sabio. 

Todos, en algún momento, hemos sentido esa frustración, ese temor de ver que algo no salió como esperábamos o simplemente no logramos. Un proyecto que no despega, una meta que se complica, un sueño que parece alejarse justo cuando más lo deseamos. Y es ahí donde muchos se rinden… pero los que persisten, los que aprenden a mirar distinto, descubren que el fracaso también tiene su magia.

Porque cuando algo no sale, ganamos algo más valioso que el resultado: aprendemos. Aprendemos a conocernos, a ajustar el rumbo, a fortalecer la paciencia. El éxito, en realidad, no se construye con victorias seguidas, sino con muchos intentos, caídas y nuevos comienzos.

Fracasar es una señal de que lo estás intentando. De que te estás moviendo, de qué crees en algo lo suficiente como para apostar por ello una y otra vez. No hay éxito sin esos momentos incómodos, sin esos días en los que parece que nada sale bien, pero aun así sigues.

Fracasar duele, claro que sí. Pero duele más quedarse con las ganas de intentarlo. Duele más vivir con la duda de lo que pudo ser si hubiéramos tenido el valor de arriesgarnos una vez más.

El éxito no llega de un golpe de suerte ni de un camino sin tropiezos. Llega después de muchos intentos, noches de duda y ganas de rendirse. Llega cuando aprendemos a mirar el fracaso no como un enemigo, sino como un maestro exigente que nos prepara para lo que viene.

Así que la próxima vez que algo no funcione, no te castigues. Agradece el aprendizaje, respira y sigue.

Recuerdo en mi época de boxeador mi primera pelea amateur temblaba de miedo un debut, mi primera vez en un escenario para cantar ambas experiencias con un temor de no hacerlo bien, y evidentemente perdí la pelea y se me olvido la canción. (Jajaja) sin embargo eso no me detuvo ni me detiene el fracaso me enseño que ya tenía un pie más arriba en ese escalón y que había que aprender más sí, pero detenerme no era opción. Habia que aprender más, desarrollarme, prepararme, madurar si, pero no íbamos a tirar la toalla por lo más valioso los ¡sueños!

Alguien muy sabio me dijo “Hasta perdiendo voy ganando”

Así que si hoy algo no salió como esperabas, no te castigues. Agradece. Cada error te está entrenando para el éxito que viene. Porque quien nunca ha fracasado, probablemente nunca ha intentado nada grande.


Porque al final, creer también es caer… y levantarse otra vez para crear.

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