Boris Cyrulnik (2001) Define el concepto de RESILIENCIA al señalar que la resiliencia no es solo resistencia, sino la habilidad de “reconstruir la vida interior después del trauma”, es decir, darle un nuevo sentido a lo vivido.
En el ámbito educativo y social, la resiliencia implica desarrollar competencias emocionales, cognitivas y sociales que permiten afrontar los desafíos con actitud positiva, aprender de la experiencia y mantener la motivación para alcanzar metas personales o colectivas.
La vida no siempre juega limpio. A veces te da golpes que no veías venir (golpes bajos), te mueve el piso o te cambia los planes de la noche a la mañana. Pero justo ahí, en ese punto donde todo parece estar complicado, aparece algo dentro de nosotros que nos empuja a seguir: la resiliencia.
Ser resiliente no es hacerse el fuerte ni fingir que nada duele. Es caer, respirar hondo y decir “ok, me dolió… pero no me voy a quedar aquí”. Es mirar el desastre, recoger los pedazos y construir algo nuevo, algo mejor. Porque la resiliencia no se trata de resistir sin sentir, sino de sentir sin rendirse.
La resiliencia no se enseña en los libros, se forja en la experiencia. Surge en el estudiante que sigue intentando,aunque repita el examen, en la emprendedora que vuelve a abrir su negocio tras una crisis, en quien ha perdido algo importante y aun así decide seguir CREANDO
He aprendido que no siempre se trata de resistir, sino de transformarse. La resiliencia no es aguantar la tormenta, sino aprender a CANTAR y bailar bajo la lluvia. Porque cada reto es una oportunidad para reinventarnos, para CREER en nosotros y en la posibilidad de crear un futuro diferente.
Hoy te invito a mirar tus propias batallas desde otra perspectiva. No como fracasos, sino como capítulos necesarios de tu crecimiento.
Si el camino se pone difícil, recuerda: no estás retrocediendo, estás tomando impulso.
Una muy buena amiga me dijo; recuerda Iván, las flechas para ser lanzadas más lejos, hay que impulsarlas hacia atrás. Yo con eso me quedé, ese ejemplo tan simple, pero tan valioso al aplicarlo a la vida diaria.
En cualquier situación nos preguntamos ¿por qué? ¿Porque me paso a mí? Es difícil de comprender, pero y si quizápuedo empezar a preguntarme ¿Para qué? ¿Qué voyaprender de todo esto?, tal vez muchas de las veces no puedo decidir o controlar lo que me ocurra, pero si puedo decidir si hundirme o crecer, rendirme o transformarme y ahí puede estar la diferencia.
Creer es crear, y crear también es reconstruirse.
Porque quien es resiliente no vuelve a ser el mismo… vuelve mejor.






