En días pasados, entre buñuelos, ponche y las tradicionales posadas, la conversación con mis amigos inevitablemente cayó en los mismos temas: los agricultores, Morena y, cómo no, el 2027 y “quién es el bueno” para la gubernatura.
Y mientras todos opinaban, yo me sentía como si estuviéramos en el mismísimo Congreso del Estado, debatiendo entre luces navideñas y villancicos.
Pero la realidad, fuera del ambiente festivo, es más dura.
Los agricultores que dieron la batalla en la CDMX no fueron escuchados.
Ni las marchas, ni los foros, ni la toma pacífica de casetas hicieron eco en quienes toman las decisiones.
Su voz, que representa tierra, historia y trabajo, simplemente no encontró resonancia en el poder.
Y en México todavía es evidente: el sur, el centro y el norte viven realidades muy distintas.
Por eso, aunque digan lo contrario, no somos tratados igual.
Para unos, las cosas cambian “para bien”; para otros, no cambia nada.
Pero… no me rajé, y ya al calor de la fogata, dejando el tema de los agricultores, la plática se calentó todavía más:
¿Quién es el bueno para la gubernatura de Chihuahua?
Ahí salieron todos los nombres:
Valenciano, Bonilla, Cruz Pérez Cuéllar y la fastidiosa Andrea Chávez.
Los cuatro, cada uno con su estilo y su estructura, tienen posibilidades reales de competir por la grande en 2027.
Al final, como debe ser, la decisión será de la gente.
Luego vino la pregunta que muchos evaden:
¿Realmente hay “morenos” en Chihuahua?
Para mi punto de vista, no hay morenos.
¿Y por qué lo digo?
Porque la mayoría de los candidatos que hoy se dicen de Morena… no lo son.
Son más priistas y panistas reciclados que verdaderos morenistas.
Gente que cambió de camiseta, pero no de convicciones.
Y si quieren una prueba más clara, vámonos a Delicias:
En Delicias, principalmente, los precandideteables son y serán priistas, aunque engañen a la gente diciendo que son “diferentes”.
¡Jajaja! Para nada: son iguales o peor, porque no tienen sentido de ideología.
Nomás copian lo que ven y oyen en redes, repiten discursos ajenos, maquillan frases, pero no proponen nada propio.
Una copia barata del populismo que destruye sociedades.
Y si no me creen… pónganles atención.
Y aquí no acaba el tema.
Ni Luis Villalobos con su pasado priísta,
ni la doctora Agüeros, trabajadora del sector salud,
ni Omar Holguín, rósalense,
ni la ex regidora Rocío Beltrán del Río…
Ninguno representa al verdadero Morena.
Al contrario: son y seguirán siendo producto de lo que ven en la tele, carecen de la verdadera esencia del movimiento.
¿Y cuál es esa esencia?
La marginación, el rechazo, la lucha desde abajo.
Pero ninguno de ellos ha vivido eso.
Son ricos de abolengo, y eso se nota a kilómetros.
No representan al pueblo, representan a sus propias aspiraciones.
Mientras tanto, el calendario avanza, el 2027 se acerca y Delicias —como el estado entero— se prepara para otra vuelta de discursos, promesas y disfraces políticos.
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Iniciamos la semana con el encendido del pino navideño, que al menos nos recuerda que aún hay momentos para compartir luz y unión.
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