En 1962, el poeta Pablo Neruda Publica, en editorial Losada, de Buenos Aires, el poemario Plenos poderes, en la página 7, aparece uno de los poemas más interesantes del poeta chileno, no el más destacado, no el más popular, pero de una grandeza descriptiva poderosa, “El deber del poeta”. ¿Cuál es el deber?, para Neruda es llevar el mar a quien:
“…adentro de algo,
casa, oficina, fábrica o mujer,
o calle o mina o seco calabozo:
a éste yo acudo y sin hablar ni ver
llego y abro la puerta del encierro”
Al terminar el poema de treinta versos, nos preguntamos si el poeta logró llevar el mar a nosotros, que tal vez recién nos descubrimos adentro de algo, de lo cotidiano tal vez, si como lo escribe en el verso 24, “yo transmitiré sin decir nada”, esta hazaña verbal ¿se puede lograr?, de entrada resulta muy difícil, en el juego de ideas transmitir sin decir nada, algo que es al mismo tiempo enorme e insostenible, el mar, se podrá llevar, a un calabozo, a una oficina, lugares donde el mar no habita, no se refiere a una imagen del mar, a una película del mar, o a la idea del mar, se refiere al mar, no estamos hablando de algo mágico, estamos hablando de algo imposible. Pablo Neruda lo logra, sin decir nos dice, sin llevar nos trae, nos recuerda que los trabajos de la literatura, en especial de la poesía, son esos, hacer posible lo imposible, probable lo improbable, no con la imaginación o con la intuición, o la inteligencia, si no con una mezcla perfecta de ideas, sonidos, imágenes, lograr generar conceptos completos ya conocidos, pero nuevos, en su imposibilidad, a partir de lo posible.
El mar en Neruda, son las olas estrelladas en las rocas, o en la arena, son la espuma, la sal, las aves, en las manos del poeta, este al final hechicero, nos dará libertad y llenará de mar el corazón oscuro.
Seguramente ahora puede resultar algo enredado, en la siguiente entrega, haremos trabajos más puntuales sobre el poema, de los versos 24 al 28, para revelar el poder del texto, explorar un poco la poética de Neruda y tal vez con un poco de paciencia avancemos a nuevas lecturas y otros poetas tan sorprendentes como este.