Diez veces se han enfrentado en postemporada. Diez batallas de sangre, sudor y corazón entre Indios de Ciudad Juárez y Algodoneros de Delicias. Nueve semifinales, una final. Pero todas han sido guerra pura, sin tregua, sin cuartel.
Este fin de semana, la rivalidad volvió a prender el fuego en el béisbol estatal. No es solo un pase a la final. Es la lucha de dos historias, dos orgullos y dos aficiones que llevan la pelota en la piel.
En el estadio de los Indios, la gente se entregó como si fuera la última vez. Niños, jóvenes, adultos, familias enteras, Chicanos y hasta Gringos ,gritaban y cantaban “Aquel Amor” con una pasión que hizo temblar el diamante y sobrepasó cualquier marcador.
Los Algodoneros, esos pentacampeones que han llenado de gloria a Delicias, sintieron el peso de la casa llena y el grito de guerra juarense.
Juárez ganó los primeros dos juegos: 11-6 y 12-5. La serie 2-0. Pero en este juego, como en la vida, nunca hay nada escrito hasta que el último out cae.
El viernes, en un gesto de respeto, los alcaldes Cruz Pérez Cuéllar y Jesús Valenciano estrecharon manos y compartieron el lanzamiento inaugural. Pero fuera de la cortesía, la verdadera batalla está en las gradas, en la pasión de la afición, aunque si se dieron la mano en un gesto, aunque cordial, es solo el preludio de la verdadera batalla que se viene.
En la taquilla el precio al dos por uno, regalaron casi mil boletos, entendiendo que la porra juarense es fiel y ferviente.
¿Y Delicias?
¿Dónde está el patronato que debería ser el primero en apoyar a este equipo que ha dado cinco años de gloria?
¿Dónde está Rafa González, que esta vez no estuvo presente en Juárez?
¿Dónde el compromiso con la afición que ha puesto el alma en cada juego?
Se anunció un aumento en el costo de los boletos en el pase a semifinales.Eso es un golpe directo a la gente que ha sido el corazón y la voz del equipo. Eso duele más que una derrota en extra innings.
El Gran Estadio Delicias parece más una feria de publicidad que un templo para los jugadores de la pelota. No queremos una placa olvidada en la pared, Queremos un estadio digno, una entrada que imponga, tipo grandes ligas, un lugar donde los jugadores, afición. sientan que cada paso es orgullo y compromiso que la gente que apoya al equipo se sienta orgullosa de presumirse de la manera deportiva y su estadio que lo diferencie de los demás y diga. Aquí juegan los Algodoneros. Aquí se forjan sueños. Aquí están los campeones!!
Para Delicias, Meoqui, Rosales, Julimes, Saucillo. La Tercera zona de beisbol. son territorio de semilleros de futuros deportistas , de gente que grita, llora y pelea por sus colores.
Patronato, escuchen bien: la afición no es un cliente ,es la columna vertebral de este equipo.
Y esa columna no se vende, no se explota. Se honra y se protege con el alma.
Afición de Delicias:
Es hora de prender la llama del coraje, de llenar el estadio con rugidos, de demostrar que el amor por los Algodoneros no se mide en boletos caros, sino en pasión y lealtad.
Este equipo aún puede darle la vuelta a la serie.
Y para lograrlo, necesita a su gente en las gradas, rugiendo, cantando, sufriendo y festejando juntos.
Porque la historia no la escriben los números, la escriben los corazones que laten fuerte, sin miedo.
Cronistas Deportivos y Medios de Comunicación, unamos voces para exigir un precio justo para los boletos. Que la afición pueda estar con su equipo, sin excusas ni barreras económicas.
Los Algodoneros de Delicias aún son pentacampeones.
Pero para seguir siéndolo, deben sentir el pulso de su gente.
Y la afición manda, siempre manda.
¡Que se escuche fuerte y claro!
LA AFICIÓN MANDA, LA PASIÓN NO SE VENDE Y EL CORAJE DE UN EQUIPO NUNCA MUERE.
La semana apenas empieza, sigan mis redes sociales Toñito Camargo y mi podcast La Entrevista Disponible en Spotify y YouTube.
