Esta semana, el béisbol nos volvió a tocar el alma. Pero también nos la quebró un poco.
Nos regaló emoción, sí, pero también lágrimas. Nos llenó de orgullo y, al mismo tiempo, de una tristeza difícil de poner en palabras. Porque el béisbol no solo se juega con guante y bat; se juega con el corazón, y cuando duele, duele de verdad.
Por un lado, las ligas menores nos recordaron que el futuro está lleno de esperanza. El equipo de Chihuahua, representando a México, salió al campo con una entrega que nos hizo vibrar. Ver a esos jóvenes con la camiseta tricolor fue como ver el reflejo de lo que alguna vez soñamos de niños. Jugaron con alma, con pasión, con el orgullo de saber que están dejando huella. Y vaya que lo hicieron.
Estos jovencitos de la mano del pinguis Gallardo están logrando atraparnos con su juego , y el aliento de gallardo nos motiva a seguir confiando en que existen personas con corazón noble y dar ese extra con sus palabras de motivación.
Pero por el otro lado… en casa, el golpe fue duro. Nuestros queridos Algodoneros de Delicias, los campeones, los que por cinco años dominaron el diamante, cayeron en semifinales ante Juárez. Y con ese último out, no solo terminó un juego. Terminó una era. Un reinado inolvidable que marcó historia en la región.
Se perdió, sí. Pero se perdió con la cabeza en alto y el corazón en llamas.
Porque lo que construyeron los Algodoneros va mucho más allá de las victorias. Fue un equipo que unió a la ciudad, que llenó las gradas, que hizo vibrar cada rincón de la tercera zona y parte de la unión americana con cada jonrón, cada ponche, cada jugada clave. Fueron cinco años de gloria, de entrega, de identidad. Y aunque este año no terminó como queríamos, seguimos caminando con orgullo.
A los que se quedan en este proyecto de la tercera zona sepan que hay afición que los respalda, y a los que se van. Agradecerles por lo que hicieron.
La vara está alta en el equipo , a partir de hoy inicia una nueva pagina en algodoneros nuevo cuerpo técnico ? Nuevos integrantes de la promotora? O nuevos jugadores? , los que saben de beisbol tienen casi todo un año para analizarlo.
El béisbol nos enseña que cada caída es también una lección. Que hasta los campeones más grandes necesitan detenerse para tomar impulso. Y que lo verdaderamente importante es nunca dejar de creer.
Seguiremos adelante. Porque esta afición no se rinde. Porque Delicias late con béisbol. Porque el espíritu algodonero no se apaga con una derrota.
Hoy, el swing perfecto no fue el que conectó un jonrón. Fue el que nos hizo sentir. Sentir tristeza, sí… pero también un amor inmenso por este deporte, por este equipo, y por esta ciudad que siempre estará detrás de sus colores.
Gracias, Algodoneros. Esto no es un adiós. Es solo el comienzo de lo que viene.
Y así como el béisbol local vive su propio proceso de transición, en la vida política también se sienten los primeros movimientos rumbo al 2027.
En el Partido Acción Nacional, se ha encendido una nueva chispa. Esta semana, David “El Gallo” Gallegos se registró como presidente del PAN local, rodeado por un equipo que representa una mezcla clave: juventud, experiencia y una fuerte presencia femenina. Una señal clara de que el partido busca renovarse desde adentro, entender los nuevos tiempos y prepararse para lo que viene.
No será fácil. Nadie lo cree así. El 2027 se asoma como un año complejo, competitivo y determinante. Pero los que se están formando alrededor de Gallegos parecen entender que los triunfos no se construyen solos, ni de un día para otro. Como en el béisbol, los cambios verdaderos requieren paciencia, estrategia, trabajo en equipo y sobre todo, visión.
Esta renovación en el PAN refleja una necesidad que va más allá de un partido político: la necesidad de conectar con la gente, de representar causas reales, de hacer política con rostro humano.
En el diamante, una derrota no significa fracaso. Significa aprendizaje. Y en la política, asumir nuevos retos con humildad y compromiso puede ser el primer paso hacia una verdadera transformación.
Delicias vive tiempos de cambio. El reinado de los Algodoneros ha terminado, pero su legado sigue. En la política, las piezas apenas comienzan a moverse, y el reloj ya marca la cuenta regresiva hacia una contienda que pondrá a prueba a todos.
Hoy más que nunca, necesitamos líderes que escuchen, que entiendan, y que estén dispuestos a construir desde abajo. El juego apenas comienza.
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La semana apenas comienza y con ello nuevos retos Dios mediante.