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Delicias
domingo, octubre 12, 2025

El Caballo de Troya de la Revolución Mexicana

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Te invito querido y querida lectora a tomarte un café conmigo en esta mañana de domingo, mientras viajamos en el tiempo a través de la historia. Hoy nos remontaremos a una no muy lejana noche fría del 14 de noviembre de 1913. Estamos cerca de lo que hoy conocemos como Delicias y para que te ubiques mejor, estamos abordando un tren de pasajeros con rumbo a Ciudad Juárez, pero lo maravilloso de esta situación es que, quien nos está organizando y dando instrucciones es nada más y nada menos que el centauro del norte, así es, el mismismo general Francisco Villa.

Para que me entiendas mejor, te explicaré brevemente el momento caótico que está viviendo en estos momentos nuestro país. En febrero de 1913, después de la Decena Trágica en la ciudad de México, donde Francisco I. Madero fue derrocado y asesinado por Victoriano Huerta y que este se proclamara presidente instaurando una dictadura militar, se formaron ejércitos constitucionalistas para destituirlo: Venustiano Carranza (primer jefe del ejército constitucionalista), Emiliano Zapata (sur), Francisco Villa (División del Norte).

Así, cada uno desde su trinchera abona para alcanzar la meta propuesta, afortunadamente para nuestro país, existieron hombres y mujeres que lucharon por un mejor gobierno y removieron rápidamente al tirano Huerta. El General Villa está haciendo lo propio en la zona norte. Para poder controlar esta parte del país es importante tomar Ciudad Juárez ya que por su ubicación fronteriza es el paso para conseguir armamento, víveres y dinero, también es una plaza militar con cuarteles, armas y líneas férreas que asegura comunicación por tren con Chihuahua y el resto del Norte, además, Pancho Villa sabe que tomar este punto estratégico es un mensaje muy claro para Victoriano Huerta de que la Revolución continua y para Estados Unidos de que él mismo tiene control del norte y es un general de respeto.

Pero volvamos al tren de pasajeros, el general Villa nos ordena que vistamos de civiles y que nos mezclemos entre los demás viajeros, sin hacer ruido ni generar desorden. La idea de Villa es entrar directamente a la Ciudad de Juárez sin enfrentarse directamente en una batalla con los federales que custodian la ciudad. Los federales saben que Villa está cerca pero no imaginan que va a llegar dentro de un vehículo autorizado por ellos mismos para circular por el país.

Ya estamos entrando a Juárez, los federales están tranquilos viendo pasar la pesada maquinaria, cuando de pronto se abren sus puertas y saltamos gritando vivas a la revolución. Somos entre 500 y 600 dorados de Villa, armados y dispuestos a dar la vida para asegurar una base estratégica militar, los federales son 300 a lo sumo (error estratégico de Huerta al concentrar más soldados en Chihuahua y Torreón, dejando un destacamento débil para proteger a la ciudad), la sorpresa de los federales es mayúscula y ofrecen poca resistencia. Así que en pocas horas la meta del General Pancho Villa se ve concretada: la toma de Juárez por parte de la División del Norte ya es un hecho, lo que le da un gran triunfo a la lucha constitucionalista y consolida a Pancho Villa como jefe militar de gran peso y estratega militar sin comparación.

Compartimos entonces un gran pasaje histórico de la Revolución Mexicana y acompañamos a un hombre de gran inteligencia y visión, que ideo una forma muy sagaz, impresionante y eficaz para tomar una ciudad, nadie se lo esperaba y eso fue lo que aprovechó el General Villa. Tomó una ventaja increíble, derramó poca sangre de su propio ejército al evitar enfrentarlo directamente, aseguró un gran triunfo para la causa y seguramente sorprendió a Huerta de una manera no muy agradable que digamos. Fue una versión del caballo de Troya al puro estilo mexicano.

Nos despedimos de Pancho Villa y sus Dorados del Norte, todavía tienen mucho que hacer en la Revolución y nosotros debemos volver al presente, donde nos damos cuenta de todo lo que impactaron las acciones de quienes nos precedieron, ¿qué sería de nosotros en la actualidad si Victoriano Huerta hubiera culminado sus planes de instaurar una dictadura militar en nuestro país? Gracias a Carranza, Zapata, Villa y todos sus valientes hombres nunca lo sabremos. Hasta siempre, Dorados de Villa, no queda más que admirar, recordar y enaltecer lo que hicieron en conjunto con su líder por su país, nuestro país, y sabemos que todo lo que sucedió antes está entrelazado con lo que sucede ahora y con lo que acontecerá mañana, en este eterno espiral que se entreteje constantemente y que llamamos tiempo.

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