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domingo, diciembre 7, 2025

“México en Tensión Máxima: Campo, Gobierno y AMLO en la Misma Semana”

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En días recientes, México vivió algo más que simples manifestaciones: vivió una sacudida nacional. Aduanas cerradas, carreteras federales bloqueadas y miles de ciudadanos atrapados en medio de un país detenido por el mismo reclamo: el grito del campo.

El campo mexicano habló, lloró y exigió auxilio.
No fue un acto de rebeldía: fue el resultado de años de abandono, silencio e indiferencia.

Los productores agrícolas hicieron lo que cualquier sector haría cuando el gobierno en este caso, encabezado por Claudia Sheinbaum no escucha: pararon al país para que el país los escuchara. Y México se partió en dos:
los que apoyaron la causa, porque entienden que sin campo no hay nación, y los que se molestaron por los bloqueos sin detenerse a pensar en el origen del descontento.

Y mientras la tensión crecía, los políticos aprovecharon el momento. Cada quien salió de su trinchera: unos para defender al gobierno, otros para golpearlo, y otros más para subirse al enojo social como si fuera una ola rentable.

Pero lo que verdaderamente sorprende es el discurso oficial.
Ese discurso donde se insiste que “no pasa nada”, que el 75% del país vive feliz, que “la gente está a gusto”, que “el salario alcanza”, que “la inseguridad va bajando”, que “México va bien”.

La desconexión entre ese mensaje y la vida real es brutal.
Porque mientras se habla de felicidad, el mexicano promedio enfrenta inflación, violencia y un cansancio colectivo que ya no se puede maquillar con estadísticas.

Esa sí es la verdadera mentira.
México no está cómodo ni satisfecho.
México está al borde del colapso en más de un frente, y no reconocerlo es tapar el sol con un dedo en llamas.

Y cuando parecía que la semana no podía ponerse más política, apareció él:
el expresidente Andrés Manuel López Obrador, desde su conocida casa materna “La Chingada”, anunciando su nuevo libro “Grandeza”. En un video que rápidamente se hizo viral, AMLO aseguró que no hará gira de promoción, que ya está “jubilado” de la política, y que su respaldo a la presidenta Sheinbaum es total:
“Quiéranla”, pidió.

Pero lo que dejó al país con ceja levantada fue su advertencia final.
Dijo que solo tres razones podrían sacarlo nuevamente a las calles:
1. En defensa de Claudia Sheinbaum.
2. Ante un intento de golpe de Estado o atentado.
3. Para defender la soberanía nacional.

“No amenazo”, dijo, “solo lo dejo claro”.
Una frase que no amenaza… pero que sí pesa.

Porque cuando un expresidente con ese nivel de influencia suelta una declaración así, el mensaje no pasa desapercibido.
Es un recordatorio de que, aunque se diga retirado, su figura sigue moviendo fibras y tensiones en el país.

Y esa es la parte delicada:
la 4T y su liderazgo están jugando en un terreno donde la sociedad está irritada, dividida y cansada.
Un terreno donde cualquier chispa puede encender algo mayor.

No se puede ignorar lo evidente: están jalando demasiado la cuerda.
O, como suele decir el pueblo sin filtros:
le están rascando los huevos al tigre… y eso, históricamente, nunca termina bien.

Lo que está pasando en México no es un susto pasajero.
Es una advertencia.
El país no exige discursos. Exige soluciones. Exige liderazgo. Exige verdad.

Porque cuando el campo protesta, cuando la economía no alcanza, cuando la inseguridad rebasa, cuando la sociedad duda y cuando el expresidente reaparece para “aclarar” que podría volver…
significa que algo profundo se está moviendo.

Y el gobierno tendrá que decidir si escucha el mensaje…
o si lo minimiza, como tantas veces.

Porque los pueblos, igual que los tigres, no rugen por nada.
Iniciamos la semana de Diciembre y sus posadas….

Les encargo mi Podcast la Entrevista Con Toñito Camargo en todas las plataformas.

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