En un día significativo para la República, en medio de manifestaciones por todo el país y con decenas de muertos a causa de la violencia, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el pasado lunes su paquete de Reformas a la Constitución a menos de siete meses de concluir su gobierno.
Para nadie era duda y ayer el propio mandatario lo confirmó, a sabiendas de que no cuenta con los votos para que se aprueben los proyectos enviados al Legislativo, envía estas iniciativas “porque vienen las elecciones”. Es decir, no es más que una faramalla más en la que quería lucirse como el eterno candidato.
De ese nivel es el tamaño de la intromisión del presidente en el proceso electoral, donde la candidata oficialista -únicamente- se limita a respaldar la propuesta, en casi una seguridad, sin conocer a fondo lo que implica y representa para quien sea la próxima Presidenta de México.
Como si se tratara del Día del Presidente, López Obrador quiso lucirse pero en solitario, sólo con quienes aplauden su desgobierno y sin presenciar el acto conmemorativo oficial de aniversario de promulgación en Querétaro, sin la presencia del Poder Legislativo y ni qué pensar del acompañamiento del Poder Judicial.
Cortina de humo fue como se catalogó por la oposición este paquete de 20 reformas que incluyen, entre otros temas, aspectos que la Suprema Corte ya ha dictaminado que no es posible como el nombramiento de un mando militar al frente de la Guardia Nacional, pero el presidente se aferra a la idea de adherir sus elementos al Ejército.
Entre otros temas, la crítica fue por las iniciativas que los mismos integrantes de Acción Nacional han presentado ante el Pleno de la Cámara de Diputados pero por no ser de ellos (Morena) se quedaron en la congeladora.
Como el autoritario que es, López Obrador evidenció que lo único que pretende es imponer su voluntad y no por desconocimiento sino por arrogancia, pues en medio de un proceso electoral no es posible el planteamiento de Reforma en materia Electoral y él lo hizo. Esto sólo pinta de cuerpo entero al dictador que es.
Desviar la atención de los enfrentamientos del Crimen Organizado en todo el país; posicionar la agenda mediática sobre “su proyecto de Nación y no sobre los actos de corrupción en los que están envueltos sus hijos; enmudecer los señalamientos en el extranjero sobre su narcogobierno; minimizar el Paro Nacional que hicieron transportistas en demanda de seguridad para sus traslados; y “apagar” el fracaso de la Mega Farmacia, son sólo algunos de los puntos que orillaron al presidente a su presentación del lunes.
No podemos olvidar que, López Obrador es un político experimentado y que al sentir que se le iba de las manos la agenda pública, reactivó sus cartuchos contra la oposición, pues al saber que no pasarán las Reformas enviadas a los Diputados, pretenderá con esto, “culpar” a sus opositores de no consolidar su plan, por seguir los intereses del conservadurismo y el periodo neoliberal.
Así pues, tendría una vez más en quien fincar una responsabilidad y no asumir la propia; con lo que pretende creer que su retirada será limpia y con el máximo de los honores aunque sabe y los mexicanos se enteran, que el desgobierno de Morena ha fallado con todas sus letras al país en los dolores más simples de las familias, pero que a la par se han convertido en un verdadero calvario.